¿Qué tal la vuelta al cole? A mí me ha costado horrores, sobre todo el retorno de los madrugones, pero al menos empiezo con muchas ganas y entusiasmo :)
Ya que la última entrada fue un poco distinta a lo que os traigo habitualmente, hoy os voy a enseñar uno de los sitios más increíble que podáis encontrar en Madrid. ¡Abrochaos los cinturones que arrancamos!
Os presento el Taxi a Manhattan, un restaurante de lo más cool en pleno centro financiero de Madrid. Se encuentra en la calle Basílica 17 (metro Nuevos Ministerios L6, 8 y 10) y tienen una web maravillosa donde podéis consultar la carta, precios, hacer reservas, cotillear fotos, etc.
Conocía este sitio por una amiga de la uni que había ido un par de veces y fue toda una alegría cuando Tony decidió darme la sorpresa de ir para celebrar mi cumpleaños junto con mi padre. Para que todo saliese a la perfección llamó con unos días de antelación para reservar una mesa "especial", pero por desgracia cuando llegamos al restaurante habían "traspapelado la reserva" y no teníamos sitio. Mi cara de disgustó debió de ser un poema ya que cuando nos disponíamos amarcharnos nos dijeron que podían hacernos un huequito en la terraza. Obviamente mi cara pasó de :__( a :D, ¡jeje!
El local por dentro es espectacular: tanto por sus amplios espacios, como por su decoración moderna con un toque industrial, como por el buen ambiente que se respira, como por... bueno, todo en general. Me encantó todo mucho y me enamoré de los mil y un neones.
No falta detalle, ¿verdad? |
Aunque os pueda parecer un restaurante americano más, os va a sorprender la carta tan interesante que tiene. Vais a encontrar unos entrantes para chuparse los dedos, espectaculares carnes e incluso algo de la gastronomía asiática, italiana y latina.
Nosotros decidimos empezar la noche con unos huevos trufados con patatas paja y virutas de ibérico, ya que parecía un plato al gusto de los tres pero con un toque elegante. ¡Y acertamos de lleno! Sin duda fue uno de los triunfadores de la noche tanto por el sabor como por el tamaño: nos encantaron, no dejamos ni una patatita.
¡Madre mía! ¡Quién pillara ese platazo de nuevo! |
A continuación vinieron los principales.
Mi padre, que es más tradicional que un schotis, pidió el lomo de buey al carbón y resultó exquisito: perfecto el punto de la carne y un sabor de quitar el hipo. La única pega es que no nos avisaron de que llevaba guarnición de pimientos y a mi padre el pimiento le sienta fatal. Como ya no se podía hacer nada, los apartó, pero ya sabéis que una vez que el pimiento toca otro alimento, éste se impregna de su sabor, por lo que no disfrutó al 100% de su plato.
¿Por qué gustarán tanto los pimientos? |
Yo elegí los tacos de salmón, pero no quedaba, así que al final escogí el tartar de atún con aguacate. Adoro el pescado crudo y adoro el aguacate, así que os podéis imaginar lo que disfruté con el tartar. Rico, rico, rico. Una textura magnífica y el aderezo una delicia. Cuando volvamos, es probable que repita, ¡jeje!
Lo veo y se me hace la boca agua |
Y Tony se decidió por el ceviche de corvina y langostino con leche de tigre. Me gustó mucho porque la leche de tigre no le robaba el protagonismo al pescado y se podían distinguir todos los sabores. De nuevo, un acierto.
Aunque la presentación no me convence, el ceviche estaba de escándalo |
Y sí, tomamos postres, que una comida o cena sin dulce no sabe igual. El camarero que no atendió (un chico con acento ¿andaluz? súper amable y atento) nos recomendó el fresamisú, que como os podéis imaginar, es como un tiramisú pero con fresa. Además, para satisfacer todos los paladares presentes, pedimos un coulant de chocolate.
Lo cierto es que no sabría con cuál quedarme: ambos estaban deliciosos, nada empalagosos y a la perfecta temperatura (sí, odio que las cosas lleguen a la mesa excesivamente frías o calientes).
Fresanisú, coulant. Coulant, fresamisú. |
Cositas que añadir: que como ya he dicho antes nos atendieron estupendamente y con mucha diligencia, que a pesar de todo la terraza resultó de lo más agradable y que estoy deseando volver, ¡jeje! La relación calidad precio me parece genial ya que por una cena como la nuestra podéis salir a unos 25€ por persona (incluyendo pan y bebidas), así que más ajustado no puede estar. Además, si vais a diario tenéis menú del día (por 12€ si no me falla la memoria) y también os podéis tomar una copa o un cocktail después del trabajo o antes de salir de fiesta.
Valoración general: un 9. Fue una noche magnífica, la comida me dejó boquiabierta y el precio mucho mejor de lo que esperaba, pero el fallo de la reserva no me deja darles el 10 que me hubiese gustado.
Y aquí se acaba la entrada de hoy. Espero que os haya gustado, que os haya abierto el apetito y que si tenéis ganas de ir a un restaurante cool y atrevido le deis una oportunidad a Taxi a Manhattan, ¡merece la pena!
Un beso grande a todos y nos vemos en la próxima entrada.
Carolina.
Así de feliz acabé la noche. Mil gracias a Tony y a mi padre por hacerla tan especial ^^ |