viernes, 27 de diciembre de 2013

SUMO

¡Feliz Navidad!

¿Qué tal van las fiestas? ¿Mucha comilona?
Yo estuve en Málaga viendo a la family y ha estado todo genial. Realmente me siento muy afortunada por tener una familia y, sobre todo, los recursos para celebrar estos días por todo lo alto. Se me parte el alma pensando en toda la gente que dará las gracias si puede llevarse algo a la boca :(
En fin...

Hoy os propongo un poquito de comida asiática, ¡que desde el Morikaen no he puesto nada japo!

El sitio del que os voy a hablar me lo enseñó mi amigo Isra y, casualmente, a raíz de ir nosotros, e hablado con más gente que también ha ido recientemente y con opiniones muy dispares. Si queréis leer otra, además de la mía, os dejo el link de este blog (sí, hago publicidad de forma altruista de gente que no conozco, soy así de maja).

Bueno, vamos al lío.
El restaurante del que os hablo se llama Sumo, y se encuentra en la calle Fuencarral 116 (metro Bilbao L1 y 4, o Quevedo L2). No he encontrado web, ni página en Facebook, ni nada, así que no os puedo dar más información.

Como ya he comentado antes se trata de un sitio de comida asiática pero, sobre todo, gastronomía japonesa.
Tienen una carta bastante amplia que varía según sean comidas o cenas.
La forma de pedir también varía puesto que podéis elegir entre el "método tradicional" (platos sueltos de la carta) o el "modo buffet". Os cuento:

Te dan un papel con todos los platos que puedes elegir, y puedes hacer 3 pedidos de 6 platos cada uno, es decir, pagas por 18 platos (por persona y siempre que consigas comerte todo, claro).

Podéis elegir sushi, arroces, tallarines, carnes, ensaladas, sopas, verduras... Prácticamente cualquier cosa que os podáis imaginar.

Ensalada wakame, pollo teriyaki y gyozas

En principio todo parece apetecible, pero tuvimos una horrible experiencia con el pollo teriyaki (que en la foto sale precioso) ya que olía fatal y al probarlo nos dimos cuenta de que llevaba unos cuantos días más que pocho. Nos ofrecieron cambiarlo pero ya no nos atrevimos con más pollo...

Ahí donde lo veis, ¡no dejamos ni una migaja!

Como podéis ver en las fotos pedimos absolutamente de todo hasta agotar los 18 platos de cada uno y nos pusimos hasta arriba: tempura de verduras, de langostinos, makis, niguiris, udon, empanadillas al vapor, ternera en salsa, sopa miso, tofu, temakis...

¿Valgo para niña de San Ildefonso?

Los postres y la bebida no están incluídas en los menús, pero encontramos unas bolitas de sésamo que nos supieron a gloria (sobre todo a mí, que soy adicta a ellas, jeje!).

El local está a estrenar por lo que está perfectamente acondicionado y muy moderno.
Los camareros, sin embargo, no son tan buenos y van bastante "a su bola", es decir, son muy serviciales, te quitan todos los platos vacíos al instante de la mesa, etc, pero se les olvidaron varios platos, no eran especialmente atentos (y eso que había solo 4 o 5 mesas) y no nos tomaron muy en serio cuando les dijimos que el pollo era del año pasado.

El precio varía entre comidas y cenas, y si es diario o fin de semana, pero para que os hagáis una idea, los menús están entre 8 y 16 € (tened en cuenta que la bebida, los postres y algunos de los mejores platos se cobran a parte).

Valoración final: un 7. La comida estaba bien pero sin ser nada del otro mundo (mucha fritanga, como decía Pablo), y lo del pollo... En fin... Y nos atendieron muy regular. Por otro lado, a mí no me parece tan barato como lo pintan, pero bueno, para ir un día sin haber comido 48 horas antes, está bien, jaja!

Bueno, ¿qué os ha parecido?
Quizá esta sea la última entrada del 2013, así que si nos os vuelvo a escribir os deseo lo mejor para este año que entra, para que todos vuestros sueños se hagan realidad y seáis muy felices con los vuestros.
Mil gracias por este increíble año de visitas (¡ya van 13500!), comentarios, RT's, "Me gusta", recomendaciones... y mil besos a todos.

Carolina.

miércoles, 18 de diciembre de 2013

EL PERFECTO COMENSAL

¡Hola, hola, holaaa!

Hoy hago un paréntesis en nuestras reseñas gastronómicas para hablaros de unas cuantas cosillas que os podrían venir bien para estos días en los que salimos más a comer fuera: cómo ser el perfecto comensal.
También quiero comentar estos puntos con vosotros porque últimamente me he cruzado con gente que parece no tener modales algunos y, menos aún, vergüenza.

Comencemos:
  1. Cuando estemos en un restaurante (bar, cafetería...) tenemos que darnos cuenta de que no estamos en casa por lo que cosas como descalzarse, eructar, empujar con el dedo, hablar a gritos, etc, se deben evitar.
  2. Por mucho dinero que vayamos a gastarnos en tal sitio, no podemos tratar a camareros y demás personal como si fuesen esclavos, así que no olvideis saludar, dar las gracias, pedir las cosas por favor y, sobre todo, ser respetuosos.
  3. Tampoco debemos olvidar que ni camareros ni cocineros son voluntarios, están ahí trabajando, y como en todo los trabajos hay que intentar hacer las cosas lo mejor posible, por lo que si hay algo que no es de nuestro agrado o que consideramos que no está en buenas condiciones, no nos podemos callar, más vale devolver un plato a la cocina que no coger una indigestión...
  4. Que quede claro que no soy partidaria de las propinas, pero sí que suelo dejar algo cuando el servicio ha sido excepcionalmente bueno. Es cierto que con lo que dejamos hacemos un gran favor a los que lo reciben, pero tampoco debe ser una costumbre, ya que de ese modo lo único que conseguiremos es que les paguen menos.
  5. No pidáis más comida que la que vayáis a consumir, ya que todo lo sobrante se tira a la basura y no se debe desperdiciar ningún alimento por insignificante que nos parezca.
  6. Sed pacientes, y si tenéis prisa id con tiempo, porque rara será la vez que estéis en un sitio solo y puedan volcar toda la atención en vosotros.
  7. Si no habéis estado en el sitio previamente, dejaos aconsejar, que no os dé vergüeza hacer mil y una preguntas con tal de saber claramente lo que vais a pedir y si os va a gustar o no. Hay gente que devuelve platos una vez los han probado porque no es lo que esperaban, pero a mí no me parece una práctica especialmente loable.
  8. Que no os den gato por liebre: aseguraos de que os traen lo que habéis pedido, de que todo sale a la temperatura adecuada y de que os tratan como es debido.
  9. Insisto: estáis trantando con personas y a todos nos gusta que nos agasajen cuando hacemos algo bien, así que no dudéis en felicitar a camareros y cocineros si habéis pasado una velada deliciosa con comida aún más deliciosa.
Y por último y lo más importante, recordad: el cliente no siempre tiene la razón, así que dejad el orgullo en casa y no olvidéis que habéis salido a pasar un buen rato.

Un último consejo: ¡disfrutad del momento!


 



Aquí nos quedamos por hoy.
Espero que hayáis pasado un buen rato con estos (¿útiles?) consejos y ya me diréis si los ponéis en práctica :)
¡Un besote muy grande a todos!

Carolina.

lunes, 9 de diciembre de 2013

PECADO CARNAL

¡Hola de nuevo comilones!

¿Cómo van esos fríos? Yo cada día lo llevo peor, y entre eso y el curro, ¡no consigo centrarme en la uni!
Por suerte, las ganas de probar sitios nuevos nunca se van, así que allá vamos, ¡a descubrir una nueva hamburguesería!

Hoy os voy de una historia de segundas oportunidades, porque soy de los que piensan que todo el mundo se merece una segunda oportunidad (algunos hasta una tercera) y eso es precisamente lo que hicimos con el sitio del que os voy a hablar.

Se llama Pecado Carnal y es una hamburguesería especializada en carne de kobe. En Madrid tienen cuatro restaurantes por lo que os recomiendo entrar en su web para buscar el que mejor os venga y así de paso, echar un ojo a la carta.

Como os decía iba comentando más arriba, con Pecado Carnal nuestra experiencia es agridulce, ya que la primera vez que fuimos, la visita fue un completo desastre, es decir, todo lo contrario a nuestra segunda visita.

Centrémonos.

La primera vez estuvimos en el de Covarrubias, y fue allí donde comprobamos que si algo puede salir mal, saldrá incluso peor.
Para empezar, llegamos y habían olvidado nuestra reserva, por lo que ya comenzó mal la cosa. Tras una pequeña "discusión" conseguimos que nos dieran mesa... al lado de un macro cumpleaños que ocupaba medio restaurante, así que la cena transcurrió entre berridos, cánticos, globos, etc. Estuvimos a punto de decir que nos íbamos, pero al final nos convencieron diciendo que se irían pronto (mentira...).
Si solo hubiese sido eso, no hubiese pasado nada, pero no, ya que a todo el ruido hay que añadir lo mucho que tardaron en atendernos y servirnos. Creemos que debía de ser el cumpleaños de alguien cercano a alguno de los trabajadores del restaurante porque cada dos minutos algún camarero se tomaba algo, o salían los cocineros a saludar, o cantaban... En fin, un auténtico desastre.

Con la comida tampoco tuvimos buena suerte.
Como entrante pedimos chorizo criollo (estaba bueno, pero era tan poco que casi fue como haberlo olido) y unas croquetas (sin pena ni gloria). Y como principales elegimos dos hamburguesas: una Wasabi (que aunque no tenía muy buen aspecto resultó ser lo mejor de la noche) y una Caramel (que pedí con todo mi amor porque adoro las garrapiñadas y cuando me la trajeron me dijeron que lo sentían mucho pero que solo le habían echado cebolla caramelizada porque no quedaban garrapiñadas). Lo de mi hamburguesa me dolió especialmente ya que solo llevaba dos ingredientes y, digo yo, que lo lógico sería que si no tienen uno de ellos, avisen, pero no fue el caso. Al menos la carne estaba buena.

Apetecible lo que se dice apetecible, como que no

Tras aquella experiencia decidimos no volver, pero viendo una y otra vez las buenas críticas y comentarios de amigos, decidimos darle una segunda oportunidad meses después. E hicimos bien :)

La segunda vez decidimos ir al de la calle Hernan Cortés (en Chueca) y tras un buen rato intentado reservar, por fin conseguimos una mesa.
Fuimos un día de diario y había poca gente, por lo que no había nada de ruido ni cosas molestas. Desde el primer momento la camarera que nos atendió se desvivió por nosotros: nos explicó todas la carta, los puntos de la carne, nos preguntó mil veces que qué tal todo... Un cielo, vaya. Incluso una vez salió el cocinero para preguntarnos si estábamos contentos con la comida (como veis, nada que ver con la vez anterior).
En esta ocasión fuimos directamente a por las hamburguesas muy bien recomendados: una Portobello (las setas riquísimas y la crema también) y una Truffled Cheese (genial el queso trufado y los boletus bien ricos). La carne nos la hicieron muy poquito (tal y como pedimos) y estaba todo a la temperatura perfecta (la otra vez estaba todo horriblemente frío).
De postre pedimos la panqueca de dulce de leche (lo reconozco, soy adicta al dulce de leche) y estaba riquísima, como era de esperar.

Caras de felicidad ante lo bueno que estaba todo

En definitiva, todo delicioso y perfectamente bien atendidos.

Ambos locales estaban muy chulos decorados y de precio está sobre los 20€.

Valoración general: un 8. Me encantaría ponerle más nota, pero no se me va de la cabeza aquella "primera vez". Eso sí, si volvemos una tercera y todo sale igual de bien que la última, prometo subir la nota (y volveré, eso seguro).

¿Qué os ha parecido? ¿Le hubieseis dado una segunda oportunidad? ¿Le daríais una tercera?
Me encantaría ver vuestros comentarios y opiniones, ¡así que ya sabéis!

Un besote muy grande a todos y nos vemos en la siguiente entrada, ¡que aproveche!

Carolina.

P.D. !Qué poquito queda para las 13.000 visitas! :D