Lo primerísimo de todo: GRACIAS, gracias infinitas por las más de 20.000 visitas que llevamos en estos 2 años a este nuestro blog. Me engrandece saber que disfrutáis con nuestras entradas y que nos apoyáis para seguir con este proyecto. En serio, muchísimas gracias a todos, ya sabéis que sin vosotros todo esto no sería posible :_)
Y ahora sí comenzamos.
A pesar de que el invierno aún no ha llegado, yo ya estoy a tope con las sopitas y los guisos calentitos y echando muchísimo de menos la época de terrazas y calorcito. Pero seamos positivos, ¡ya queda menos! Y hablando de verano y buen tiempo, hoy os voy a enseñar un pequeño restaurante que conocí el pasado agosto y del que disfruté mucho junto a Javi, Cris y Tony, así que ¡un beso muy grande desde aquí para los tres!
Os presento El Sombrero Azul, un restaurante de cocina salvadoreña y mexicana situado en la travesía de la Parada 6 (metro Santo Domingo L2). Su web no es muy amplia por lo que os aconsejo echar un vistazo a su página de Facebook donde vais a poder encontrar la carta, fotos de los platos y del local, ofertas...
Quizá por fuera no os soprenda, pero os aseguro que al entrar vais a sentir que saltáis el charco para pisar el Nuevo Continente. El interior está decorado con vivos colores y con un toque moderno que lo convierten en un espacio realmente acogedor; además, si tenéis la suerte de que os reciban con unos margaritas, mejor que mejor, ¿verdad?
El interior y unos buenos margaritas para ir abriendo boca |
Os tengo que decir que creo que han cambiado la carta recientemente, por lo que es posible que los platos hayan sufrido variaciones (¡pero seguro que todo está igual de bueno!). También tengo que decir que no soy experta en cocina salvadoreña, pero no encontré ninguna diferencia notable con la mexicana.
Como éramos cuatro, decidimos pedir cuatro entrantes y cuatro principales, y lo cierto es que quedamos bastante satisfechos con las raciones.
De entrantes pedimos: pupusas (tortas de maíz rellenas de frijoles y carne de cerdo), pastelitos con carne (masa de maíz rellena de carne y verdura), los imprescindible nachos (con guacamoles, frijoles, queso fundido, pico de gallo...) y un tamal (masa de maíz rellena de pollo y verduras cocinada y servida en una hoja de plátano). Creo que no hace falta decir que los nachos estaban muy ricos (no hay más que ver la foto), pero además me gustó mucho el tamal ya que otras veces que lo he comido estaba muy seco y el de aquí tenía mucho sabor y la textura era genial.
De arriba a abajo y de izquierda a derecha: pupusas, pastelitos de carne, nachos y tamal |
Los principales fueron más difíciles de elegir puesto que la carta es amplia y todo tenía buena pinta. Al final los elegidos fueron: las alitas de pollo con sésamo y miel, la torta mexicana (emparedado de frijoles y carne troceada de cochinita pibil o pollo), la cazuela de queso fundido y chorizo, y los tacos de pollo. Tuve la oportunidad de probarlo todo y tengo que decir que la torta mexicana me decepcionó un poco (no deja de ser un bocadillo bastante normal a pesar de lo que ponga en la carta) y que el pollo para los tacos me pareció algo escaso ya que en teoría era para cuatro tortas, pero de sabor estaba todo muy bueno y no dejamos ni una miguita.
De arriba a abajo y de izquierda a derecha: alitas, torta mexicana, cazuela de queso y chorizo, y (el relleno de los) tacos de pollo |
Y aunque después de todo eso estábamos con el estómago casi a tope, pudimos hacer un hueco para los postres: por una parte pedimos el bizcocho de 3 leches (bizcocho a base de 3 tipos de cremas de leche, nata y un pelín de canela) y la copa de helado con plátano. Ambos estaban muy sabrosos pero si me tengo que quedar con uno, elegiría el bizcocho porque me sorprendió que estuviera tan bueno y esponjoso.
Bizcocho de 3 leches y copa de helado con plátano. ¡Ahora mismo me comía los dos sin rechistar! |
En todo momento estuvimos perfectamente atendidos y es destacable lo atentos y amables que fueron los camareros. Sí es cierto que, aunque íbamos con reserva, tuvimos que esperar unos 10 minutos antes de poder sentarnos, pero es bastante comprensible puesto que el local es más bien pequeño y estaba lleno. El ambiente es agradable y distendido pero en cierto momento de la noche pusieron la tele a todo volumen para ver la serie Vikings (sí, a mí también me encanta, pero la veo en casa, no en el trabajo) y se fastidió un poco "la magia".
El precio me desconcertó mucho puesto que hay cosas muy baratas y cosas muy caras, pero se puede comer bien por unos 18€. Suelen tener ofertas en distintas webs y menús degustación a buen precio, así que no dudéis en buscar algo de eso si lo que queréis es probar un poco de todo sin que os duela el bolsillo).
Como dato curioso y práctico, os cuento que tienen servicio a domicilio en prácticamente toda la capital (cosa más que útil cuando viene gente a casa o cuando no nos apetece cocinar).
Valoración general: un 7.5. La comida estaba estupenda pero me pareció un poco caro al ser las raciones algo pequeñas. Por otra parte, aunque no tuvimos ninguna pega hacia los camareros, lo de la tele nos pareció muy desagradable. Eso sí, volveremos seguro.
De nuevo agradecer vuestra visita a este blog y la lectura a esta entrada, y ¡nos vemos en la próxima cena!
Carolina.
Enhorabuena por todas esas visitas!!!
ResponderEliminarAy lo que me he podido reir con lo de no poder ver los comentarios "ocultos" en Interstellar jeejejejejejeje.
Sobre este restaurante creo que puedes intuir por dónde va a ir mi opinión. De entrada nunca he probado la cocina salvadoreña, y los colores esos de la pared más que invitarme a sentar a disfrutar de la comida, me estresan y no estaría demasiado a gusto. Pero oye, todo es probar, que lo mismo digo esto y luego me encantan y me tienen que sacar a gorrazos de allí, jejejeje
Un besete!!!
Me acordé mil de ti según escribía lo de los colores, jeje! Pero seguro que te hubiese encantado de todas formas ;)
EliminarP.D. lo de tu "ocultismo"... en fin, que estoy indignada! Jaja!