jueves, 27 de abril de 2017

EL PATIO DEL FISGÓN

¡Hola de nuevo!

¿Cómo va la primavera? Yo feliz como una perdiz con la llegada del buen tiempo y también súper agobiada con la entrega del TFG y el trabajo, ¡qué ganas de vacaciones!

Pero nada de esto es motivo para no darnos de vez en cuando un capricho gastronómico, ¿verdad?

En esta nueva entrada os presento El Patio del Fisgón, un precioso restaurante de cocina de mercado ubicado en pleno barrio de Salamanca y al que llevaba mucho tiempo queriendo ir. Se encuentra en la calle Don Ramón de la Cruz 26 (metro Velázquez L4 y Nuñez de Balboa L5 y 9) y si éste no os pilla bien, tenéis otro en Chamberí. Os animo a entrar en su web donde vais a encontrar un montón de fotos, la carta, reservas, etc.

Mi chico eligió este sitio con motivo de una bonita celebración y ya os digo que acertó de lleno, ¡jeje! Así que si alguna vez queréis sorprender a alguien, os aseguro que El Patio del Fisgón es una apuesta segura. Eso sí, reservad con tiempo, ya que suele llenarse todos los días.

Una de las cosas que más me fascinaron, fue el maravilloso "jardín vertical" del salón principal. Es realmente bonito y junto con todo el mobiliario hace que te olvides del ajetreo y el ruido de la metrópolis. Me encantó.

¿Verdad que es genial?

La carta tampoco tiene desperdicio: vais a encontrar desde numerosos platos para compartir hasta carnes, pescados y pastas. ¡Y no os olvidéis de dejar un hueco para los postres!

Nosotros decidimos compartir varios platos ya que (para variar) fuimos incapaces de decidirnos por uno solo. Para empezar elegimos el milhojas de berenjena y queso de cabra. Estaba delicioso y la salsa de tomate realmente deliciosa. Os aconsejo muy mucho pedirlo. ¡Ah! Y si queréis un buen vino con el que regar la cena, mi querido Perro Verde no os va a decepcionar.

Berenjena y queso de cabra, ¡la combinación perfecta!

Después llegaron los rollitos de pato, con los que los amantes de este ave soñarán durante varias noches. ¡Qué delicia! Y la salsa muy buena también.

Los rollitos de pato ideales para compartir.

Y para terminar elegimos el revuelto de trufa negra y emmental, que también nos gustó mucho tanto por su textura como por su sabor y aroma a trufa. ¡Maravilloso!

El riquísimo revuelto de trufa negra y emmental. ¡Qué ganas de repetir!

Pero aquí no se termina la cena, ¡aún faltaba el postre! Fue una lástima no poder pedir uno de cada pero os aseguro que cuando probé el coulant de chocolate se me fueron todas las penas, ¡jaja! Si os gusta el chocolate, éste es vuestro postre, y si no os gusta, tenéis ocho más para elegir, así que ¡dejad hueco para el dulce que merece la pena!

Si este coulant me pidiese matrimonio, ¡aceptaría sin dudarlo ni un segundo!

Durante toda la cena estuvimos magníficamente atendidos y todo el personal hizo que la velada saliese redonda, ¡mil gracias! Sin duda alguna, la "parte humana" es un enorme punto a favor de este restaurante.

A diario tienen menú de mediodía y siempre podéis elegir la "fórmula fisgón", un menú para dos personas en el que por 52€ tendréis tres platos para compartir además de bebida y postre. La carta ronda los 25€/pax, que creo que es una excelente relación calidad/precio.

Si os ha gustado esta entrada, ya sabéis qué sitio tenéis que añadir a vuestra lista.

Por cierto, mucha gente me mira raro cuando digo que los aseos de un restaurante dicen mucho del conjunto, pero yo aún no he encontrado ningún sitio en el que todo no vaya en consonancia... Ahí lo dejo.

Un besote muy grande a mis fieles seguidores comilones y de nuevo gracias por esas más de 64.000 visitas que ya acumula este nuestro blog. ¡Sois enormes!

Carolina.



P.D. Os aseguro que en persona ganamos mucho, ¡la foto no hace justicia a nuestra belleza! ¡Jajaja!